La infección nosocomial es un problema importante en todos los hospitales, pues constituye una de las principales causas de morbilidad y de mortalidad sobreañadida a la patología del paciente y un aumento de la estancia hospitalaria, reingreso, etc. El lavado de manos constituye una de las medidas más antiguas y más eficaces para su prevención.
Lavado Rutinario o Higiénico
Elimina los microorganismos transeúntes y la suciedad (como sangre, tierra, heces fecales,
partículas de comida, suele ser suficiente lavarse las manos durante 10-15 segundos con
jabón normal y enjuagárselas con agua corriente. Si las manos se han ensuciado mucho
de tierra, de sangre o de otra materia orgánica (como puede ocurrir cuando se le rompen
los guantes), es posible que sea necesario lavarse las manos durante varios minutos.
Lavado Antiséptico Asistencial
Elimina los microorganismos transeúntes y la suciedad, además de matar o impedir que
crezcan los microorganismos. Algunos antisépticos siguen siendo eficaces durante varias
horas después de que se usen. Este método de lavarse las manos es apropiado en
situaciones de alto riesgo (por ejemplo, antes de realizar procedimientos invasivos o de
tener contacto con pacientes inmunocomprometidos que tengan alto riesgo de infectarse).
Lavado Quirúrgico
La combinación de calor y humedad que se encuentra naturalmente dentro de los guantes
quirúrgicos es el ambiente ideal para el crecimiento rápido de los microorganismos. Si se
lavan las manos con antisépticos antes de empezar los procedimientos quirúrgicos, se
impedirá este crecimiento rápido; además, en caso de que el profesional se pinché durante
el procedimiento o que salgan agujeros o rupturas en los guantes, se reducirá la posibilidad
de que el usuario se infecte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario